dichosa la piedra muda
que no sufre este dolor
que siento yo con ardor
en mi alma triste y desnuda
.
ni celos ni miedo suda
ni se atormenta dolida
de andar rodando la vida
padeciendo desengaños
ni le pesa el pasar años
como desapercibida
.
en cambio yo si padezco
la dolencia infortunada
de ser alma abandonada
y sé que no lo merezco
.
a mi corazón ofrezco
como un candil de dulzura
con la pasión y ternura
que una vez tú me pediste
.
porque desde que te fuiste
es mi piedra y mi amargura
.
que no sufre este dolor
que siento yo con ardor
en mi alma triste y desnuda
.
ni celos ni miedo suda
ni se atormenta dolida
de andar rodando la vida
padeciendo desengaños
ni le pesa el pasar años
como desapercibida
.
en cambio yo si padezco
la dolencia infortunada
de ser alma abandonada
y sé que no lo merezco
.
a mi corazón ofrezco
como un candil de dulzura
con la pasión y ternura
que una vez tú me pediste
.
porque desde que te fuiste
es mi piedra y mi amargura
.
Qué razón tienes las piedras no sienten y ni padecen, a veces, son afortunadas porque no sufren, y sí en cambio, sufrimos tanto los humanos.
ResponderEliminarBesos.
Magnífico!
ResponderEliminarAbrazos.
Estupenda transferencia que haces del dolor humano a una piedra, invalorable analogía. Como siempre la cadencia, el ritmo estallan cálidamente en las emociones del lector.
ResponderEliminarEstimado enletrasartes, bien dicen que cuando alguien no se inmuta sobre el amor de otro, es que tiene el corazón de piedra, porque de verdad que solo siendo de piedra será indiferente a todo.
ResponderEliminarEsta visita es por recomendación de la Cartelera Semanal de Don Julio.
Con mucho aprecio
Convertirse en piedra, una súplica poética, hermosamente anhelada por aquellos que sufren el aire que les cala alma y pecho.
ResponderEliminarPrecioso canto, Omar, un lujo leerte.
Un abrazo.
Ese corazón se convierte en una pesada piedra que a veces molesta un tiempo, y otras, nunca más se vuelve a recuperar.
ResponderEliminarBonito poema Omar
Amigo, vengo del rinconcito de Julio y me parece muy buena su recomendación.
ResponderEliminarHermoso poema, prefiero sufrir a no sentir nada, el frio de las piedras me asusta.
fue un placer visitarte, me encantó.
besitos para ti, que Dios te bendiga y pases una maravillosa semana.
Hola Omar!! Hermosas letras amigo. Las piedras no sufren y aunque quisiéramos endurecernos como ellas, la vida nos lleva a sentir.
ResponderEliminarBesossssss
Hola Omar, vengo de la mano de Julio y me gusta quedarme por aquí para ir conociéndote.
ResponderEliminarUn abrazo
Tener presentes a los ausentes en nuestros afectos nos dignifica....pero olvidarlos también forma parete de la vida y nos permite sguir caminando.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuantos no valoran el verdadero amor y patean al corazón como patear una piedra, es cierto!
ResponderEliminarPero también cuantos estarían dispuestos a recoger y ablandar aquella piedra, para cuidarla y cultivarla hasta convertirla en una verdadera flor.
La esperanza derriba la amargura.
Saludos poeta y muchísima suerte!
Diana
Dichosas son las piedras que no saben de dolores, que nos saben de fracasos ni engaños de los ojos. Dichosas son las piedras que ignoran los requiebros del amor.
ResponderEliminarUn abrazo para ti.