Entre la luz marmolada
de alguna estrella perdida,
se encuentra como prendida
tu buen alma enamorada.
Como una hoguera incendiada
o un ardiente amanecer
te entregaste a ese querer
como mujer verdadera,
siendo que tu tiempo era
de niña aún por crecer.
En rincones olvidados
la promesa ilusionada,
la que fuera quebrantada
por adioses nunca dados,
se mete por tus costados
cuan filo asesino y frío
del cuchillo del hastío.
Tu alma todavía llora
de la noche hasta la aurora
aquel sueño ya vacío.
Toda tu vida pasaba
por los aciagos senderos,
de penas y desesperos
y más dolor te acechaba;
pues tu corazón juntaba
en ti misma un odio fuerte.
Hundida en tu triste suerte
mientras tu dolor crecía,
olvidabas aquel día
en los brazos de la muerte...
de alguna estrella perdida,
se encuentra como prendida
tu buen alma enamorada.
Como una hoguera incendiada
o un ardiente amanecer
te entregaste a ese querer
como mujer verdadera,
siendo que tu tiempo era
de niña aún por crecer.
En rincones olvidados
la promesa ilusionada,
la que fuera quebrantada
por adioses nunca dados,
se mete por tus costados
cuan filo asesino y frío
del cuchillo del hastío.
Tu alma todavía llora
de la noche hasta la aurora
aquel sueño ya vacío.
Toda tu vida pasaba
por los aciagos senderos,
de penas y desesperos
y más dolor te acechaba;
pues tu corazón juntaba
en ti misma un odio fuerte.
Hundida en tu triste suerte
mientras tu dolor crecía,
olvidabas aquel día
en los brazos de la muerte...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
saludos