hoy escuché el pregón que proferían
quienes a esta huelga me llamaban;
abajo el dolor todos gritaban,
a la pena y el llanto maldecían
.
sus bocas de sonrisas se cubrían
y flores perfumadas regalaban;
niños, ancianos, jóvenes bailaban
(los necios y malvados hoy sufrían)
.
por un día no hay lugar al daño
con golpes, sustracción o el engaño
.
¡huelga! ¡huelga! gritaban los más justos
en contra de quimeras y disgustos
.
al acabar el día, ¡noche perra!
todo volvió a ser
cual la no declarada puta guerra
de sufrir siempre hasta envejecer
.
TU INSPIRACIÓN POÉTICA NO ESTÁ EN HUELGA.
ResponderEliminarun abrazo
Me ha gustado lo que has escrito de la huelga.
ResponderEliminarUy la vida es dura adore tu poema
ResponderEliminarEs así, la vida es un contínuo caer y levantarse; aunque me entristece mirar a mi alrededor, porque, lo dramático, es que las caídas con nula esperanza de levantarse suman demasiado...
ResponderEliminarSaludo cordial
Fina
A esa huelga hay que apuntarse todos los días, aunque solamente sea con una sonrisa, para los que se tiene alrededor se contagien de buenas vibraciones.
ResponderEliminarMucha desilusión en tu última estrofa.
Un abrazo Omar.
Me encantó! Yo también me declaro en huelga, carajo!
ResponderEliminarAbrazos y sonrisas
Exelente!!!!abrazos
ResponderEliminarSi hay que sufrir se sufre, sin tregua. Como cuando hay alegría.
ResponderEliminarMe encantó. A veces hay que gritar ¡huelga!, sin la menor duda!
ResponderEliminarSaludos!