verso libre y soneto

fantaseando

déjame decirlo amor
que la piedra no obstruya nuestra senda
que el silencio no enreje nuestro aliento
que los cielos se unan por su extremo
déjame
que la muerte viene del lado contrario
y nadie detiene su flecha del tiempo
.
me ha besado el pensamiento, tu recuerdo;
ha puesto dulzor en mi fe
y parió un vástago de ilusión que corre las veredas
infinitas del deseo
¡ah, cuánta pasión embarga mi corazón!
.
¿a ti?
no me digas, no, déjame a mi decirlo,
no quisiera oir truenos sin tormentas
no quisiera noes golpeando la noria inefable del desengaño
no me digas amor,
déjame reir pleno de ilusos sueños
porque así se vive el amor
¡fantaseando!
 .

porque tanta poesía te escribí

escrito está en mi alma un verso muerto;
entonces qué escribir si no deseo;
aquel viejo poema que hoy leo
me entristece y en penas me convierto
.
como un fruto caído en el huerto,
despreciado por todos yo me veo
.
me ha olvidado dios, y ya no creo,
soy un páramo. Tal ¡pero desierto!
.
musitan los recuerdos mil tequieros;
susurran como almas ya perdidas
y hondos silencios gritan justicieros
.
maldigo mis palabras convertidas
en dibujos vacíos, tontos, hueros,
que serán cual estigmas en dos vidas
.