van conmigo hacia la poesía...

un momento de amor


Hay un sitio, en la frontera del deseo, donde convergen pequeños estremecimientos, únicos, dolorosos de hermosura y ansiedad.
Y del árbol eterno de la vida caen los frutos maduros sobre tu piel, al tiempo que una llovizna sensual y tibia se encharca en lo profundo de nuestras intimidades; todo movimiento ocurre en aquel lugar.
Es una calle angosta que limita las ansias con las realidades, entonces, corres como huyendo del mundo y te haces diminuto, a lo lejos.
Lejos de todo conocimiento, porque en lugar de racionalidad –que ahora es ceniza que se esparce por el aire- todo se te vuelve instintivo, natural e increíblemente humano.

5 comentarios:

  1. ¿También prosista?, me encanta tu prosa.

    ResponderEliminar
  2. Lo humano en su debilidad es bello y en su fortaleza divino. Besos.

    ResponderEliminar
  3. Me ha gustado mucho este hermoso instante. Un abrazo !

    ResponderEliminar
  4. La frontera del deseo, como las fronteras de todas las demás actitudes humanas, reserva grandes sorpresas y expectativas que solo cuando se va más allá se sabe si han merecido la pena. Me ha gustado tu reflexión, hermano.

    ResponderEliminar
  5. Después de disfrutar de tus versos, la prosa no les anda a la zaga.

    ResponderEliminar

saludos