mástil sin vela, barca sin quilla, ¡vida!
muerte cristiana e islámica,
mírame ir, cual golondrina
.
muere un Dios en las manos de un niño ángel
y mi simiente se muere
repitiendo tiempo antes
.
callé mi grito último (voz desgarrada)
voy con otros como hojas
al sitio de vida salva
.
sé de la caridad que tú me ofrecías
mas jamás sentí tu mano
¡qué oportunidad perdida!
.
delante y detrás van tantos alaridos,
ojos del terrible miedo,
igual en hombre y en niño
.
cuando corres un fuerte dolor te arredra,
y ya nadie te comprende
pues eres nada en la tierra
.
muerte cristiana e islámica,
mírame ir, cual golondrina
.
muere un Dios en las manos de un niño ángel
y mi simiente se muere
repitiendo tiempo antes
.
callé mi grito último (voz desgarrada)
voy con otros como hojas
al sitio de vida salva
.
sé de la caridad que tú me ofrecías
mas jamás sentí tu mano
¡qué oportunidad perdida!
.
delante y detrás van tantos alaridos,
ojos del terrible miedo,
igual en hombre y en niño
.
cuando corres un fuerte dolor te arredra,
y ya nadie te comprende
pues eres nada en la tierra
.
ni la belleza de las palabras ni la armonía de los poemas puede acallar el grito....
ResponderEliminarun abrazo
Un poema que es dolorosa verdad.
ResponderEliminarmariarosa
un texto comprometido y acertado
ResponderEliminarToda solidaridad es poca.
Un fuerte abrazo.
Cómo te comprendo Omar.
ResponderEliminarEl exilio voluntario o forzado siempre pinta colores grises.
Tu poema...grita.
Bello!!!
Un abrazo.