en mi plena paz tengo los sentidos
bajo la sombra tibia y amorosa
del extraño ciprés
sin flores y sin frutos conocidos
.
no cobija las aves ni sus nidos
pues tiene como yo la dolorosa
soledad sin porqués;
estamos hermanados de olvidos
.
como las sombras somos dos extraños,
con las reminicencias del pasado
cual fuéramos amantes
convertidos en parias de sus daños
.
no dio flores ni frutos en sus años
solo su negra sombra me ha dado
¡somos tan semejantes!
alejados de tristes desengaños
.
para mi vida tengo aprendidos
qué es la existencia quejumbrosa
como la del ciprés
y la ley de los sueños prohibidos
el ciprés siempre es soledad...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gosto destas árvores.
ResponderEliminarBeijo
Las referencias a los cipreses siempre me hacen evocar el soneto de Gerardo Diego, "El ciprés de Silos" y la soledad de los cementerios...
ResponderEliminarSaludos