¡ay Dios! cómo me duele esta caricia no dada,
se desgarra mi mano en el hondo pesar;
yo pienso en tu piel, enmudecida de amor
y en mi caricia, tiesa, sin nada que tocar
.
recuerdo tanta dicha, que creía infinita,
tus suspiros mandados al aire a volar;
mas son solo memoria, con mis manos heridas
las caricias se pierden cual lluvia en el mar
.
ah, cuan húmeda y triste se halla mi caricia
sola en el silencio se oye musitar
mírala deshojarse cual una margarita
que pétalo a pétalo al suelo va a dar
.
tu estarás muy feliz con toda tu piel ilesa
y yo en el calvario de no poderte dar
la ternura que viaja en mi tacto cual paloma
¡ay Dios! ¿porqué me privas poderle acariciar?
.
Uy que hermoso poema me hiciste suspirar
ResponderEliminarQué belleza!
ResponderEliminar=)
Omar, me encanta tu poema por su sencillez, clarida, ritmo y profundidad...Muy bello, amigo. Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu buen hacer.
ResponderEliminarM.Jesús
en efecto, duelen más esas caricias no dadas que tantas que se dieron...
ResponderEliminarQue lindas palabras y cuan sentidas!!
ResponderEliminarSaludos
=)
ay, que a esas caricias solo les falta una cosa: ser dadas!!!
ResponderEliminar¿fue la intemperie que se las llevó o las aguardaba intactas el baúl de los quereres?
Abrazo, Omar
Tristes caricias imaginadas y no dadas, deseadas pero guardadas.....
ResponderEliminarDónde iran las carícias que no damos?
un beso